Ella me llama, y la escucho. En
el penetrante silencio, su recuerdo se hace escuchar a través de ecos distantes de ésta dimensión. Más sin
embargo, citar al recuerdo no es lo único que está allí, vociferando pasiones
en el silencio para el ego, inaudible.
Hadas, quizás almas; entes y
momentos dueños de voces que entonan corales de emociones, sinfonías de
pasiones. Cada voz por su lado, y a la vez en un perfecto cantico unísono, en
excelsa armonía con las escalas del universo.
También cantan, en mi delirante
mundo, las voces del miedo y los prejuicios, las excusas y los preceptos.
¡Cuánto escándalo, adoran los egos hacer al vociferar! Pues siempre buscan,
desesperados, ensordecer el alma y hacerla ignorar la frecuencia melódica de
éste infinito existir.
Aquí abandonado en lo infinito de
mis mundos internos, encadenado al ego que nubla mi razón; aún se siente la
chispa que ilumina desde lo más profundo y sabio de nuestro verdadero ser.
Siempre tan elocuente mi gran amigo del alma tus palabras exaltan mi mente jeje me llegó en lo mas profundo de me ser.. sigue así yo te daré todo mi apoyo
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