sábado, 23 de octubre de 2010

"Aquel 23 de Diciembre". Concurso "Historias tristes para un Diciembre"


Buenas tardes lectores. Escribo para informar que a través de una página de Internet estoy participando para un concurso llamado "historias tristes para un Diciembre". Aquí les dejo el link para que visiten y lean, asi como el texto mismo con el cual estoy participando. Mil gracias por leerme.


http://cuatez.com/forum/historias-tristes-para-un-diciembre/aquel-23-de-diciembre-por-humberto-almenar





Era un 23 de diciembre. Ignoraba siempre el resto de los días, pero nunca un 23 de diciembre. Se encontraba solo, marchito en su propia tristeza, excavando en sus recuerdos con tortuoso afán en su misión de preguntar ¿por qué sucedió?
Recordaba con el más profundo dolor, cómo tras largas horas de  sufrimiento todo se escapó de sus manos; aquel dulce aroma que le embriagaba, aquella suave piel que le cobijaba, aquella hermosa mirada que le amaba, esa noche en lágrimas bañada… “Ni esto nos separará, Isaac, amor mío, cuanto te amo”, fue lo último que escuchó de aquellos labios que una vez le dieron su calor.
Desde entonces pasó el resto de sus días en silencio, sometido al dolor que le causaba perder el calor de su amada. Maldijo entonces el día en que la guerra golpeó al mundo entero, terminando por acabar con toda esperanza que le quedaba. Reviviendo cada mañana la imagen de su amada al despertar, recordando cada noche cuando todo quedó atrás.
“Te amo, mi vida… Ni mi propia muerte me arrancará de ti”
Aquello fue lo que le respondió Isaac, para luego abandonar su cuerpo en los propios brazos de ella, aquel 23 de diciembre. Hoy, como todos los días, observaba a su amada despertar, respirar, sonreír… vivir. Era su único consuelo, pues ella nunca sintió que él, aún después de morir, cumple su promesa.
“Ni la muerte nos separará, amor mío” Dijo en silencio suspiro, aquella noche buena. Su amada con escalofrió volteó para encontrar la mirada de su esposo, que con una sonrisa se desvanecía. Aún se vislumbraba la herida de bala en su pecho, como aquel 23 de diciembre.

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